Primeros días en la maternidad


Empezaré contando cual es nuestra rutina los días que vamos a la maternidad: nos levantamos a las 5:00 am porque a las 6:15 ya salimos de casa, con una primera parada en una capilla de los Jesuitas y en seguida cogiendo camino hacia el trabajo. Después de coger dos dubais (lo que ahí sería el transporte urbano pero que nada tienen que ver; una futura entrada la emplearé para hablaros del trasporte público de Lubumbashi, os aseguro que para contaros lo que aquí vivimos dentro de ellos me daría para escribir mucho, así que os lo resumiré), y de caminar un pequeño tramo lleno de obstáculos por las pocas aceras que por aquí existen, llegamos a la maternidad a las 7:30 am.

Nuestro primer día en la maternidad, Midi (que ya os hablé de ella en la entrada anterior) nos presentó a todos los trabajadores, mi cara era de ilusión y un poco de vergüenza, y la de ellos era de sorpresa y curiosidad, todos nos saludaron con mucha amabilidad. Empezamos arreglando las camas de las madres y colocando a los bebés en sus cunas, ya que duermen con sus madres para estar protegidos por las mosquiteras. Una vez que acabamos, nos prepararon el agua caliente para empezar a bañar a los bebés, como solo tienen agua fría, nos calentaron dos cubos introduciendo en el agua un hierro que al conectarlo a la electricidad desprende mucho calor, así con esa agua mezclada con la fría nos permitía preparar la bañera con agua templada. Para bañarlos, las madres nos traen a los bebés ya desnudos rodeados de una tela o toalla, y los ponen encima de una mesa para empezar a lavarlos. Midi nos explicó cómo lo hacían allí: primero con una especie de guante de tela de toalla lo mojan en agua tibia y lo enjabonan (tanto el “guante” como el jabón lo trae cada madre) para darle una primera pasada al bebé, después sujetándolo bien por la cabeza y una pierna se mete en la bañera para aclararlo, a continuación lo secamos con la tela en la que nos lo dieron envuelto, y empezamos con la cura del cordón.









En el momento de nacer, el cordón umbilical se limpia con alcohol y se ata con hilo de algodón esterilizado haciendo varios nudos, y después lo tapan con gasas esterilizadas haciendo algo parecido a una lazada. Aunque no es muy recomendable taparlo, aquí lo hacen así porque las madres congoleñas no soportan ver nada del cordón. Así que, la cura se hace quitando esa gasa con cuidado de no quitar el hilo, se limpia de nuevo con alcohol y se pone otra gasa nueva procurando tapar el cordón perfectamente.

Midi nos explicó todo esto, lavó un par de niños para que aprendiéramos, y después ya nos pusimos manos a la obra Josefina y yo, los dos primeros supervisados, después ya nos quedamos nosotras solas ante las miradas de nerviosismo y desconcierto de las madres, y con esos bebés tan frágiles en nuestras manos. Reconozco que con los primeros estaba nerviosa, con temor de lastimarlos sin querer o que algo fuera mal, pero poco a poco me di cuenta de que no se me daba nada mal y me tranquilicé. Cada día, debemos lavar entre 10-15 recién nacidos como mínimo, así que ya me estoy haciendo experta en eso y en la cura del cordón umbilical. Lo que menos me imaginaba cuando empecé en la maternidad es que mi ayuda allí no se iba quedar en eso, pronto supe que mi labor iba ir más allá.

El segundo día en la maternidad ya sabíamos qué teníamos que hacer, pero al poco de llegar ya nos dieron la noticia de que había una primípara que se le rompiera la bolsa el día anterior a las 22h, y que iba ser un parto complicado. Estuvimos toda la mañana pendiente de ella pero no tenía contracciones aunque  se le pusiera medicación para provocárselas. Pasaba el tiempo, la madre estaba agotada pero aun no llegara el momento, solo nos decía que estaba muy cansada, y eso que aun no llegara lo peor. Hacia mediodía, empezó a tener alguna contracción aislada, viendo que el feto ya llevaba un tiempo sufriendo la llevamos a la sala de partos. Durante toda la mañana me fui mentalizando de que se iba acercar un momento crítico para mi, nunca viera un parto antes y justo el primero que iba ver era muy complicado, estaba entre asustada y emocionada.

Por si me encontraba mal o me mareaba me pusieron un taburete (que no lo necesité) y empezamos con el parto. La enfermera empezó a darle con los dedos en la barriga para provocar las contracciones y que sintiera la necesidad de empujar, pero entre que venían pocas contracciones y que la madre no colaboraba nada complicó la situación mucho más. Se trataba de una niña de veinte años que estaba muy asustada y cansada, no era capaz de hacer fuerzas para empujar y no paraba de moverse cerrando las piernas constantemente. Midi decía que el bebé estaba colocado que tenía que hacer un esfuerzo porque lo estábamos perdiendo… seguimos tocando la barriga pero cuando tenía la contracción ella no empujaba.

La cara de impotencia de Midi al ver que no podía hacer nada si ella no empujaba un poco, la llevó a decirle a Sylvie (la enfermera) que lo hiciera ella desde la parte de arriba de la barriga a ver si lograba que el bebé avanzara un poco pero no lo consiguió, Midi también lo intentó pero nada, así que Josefina y yo le preguntamos si quería que lo intentáramos entre las dos, que nos dijera donde teníamos que empujar a ver si así teníamos suerte, nos explicó dónde colocar las manos y Josefina subida casi en la camilla y yo desde el suelo con un pie apoyado contra la pared para hacer más fuerza empezamos a empujar al bebé aprovechando cada contracción. Yo tenía mucho miedo de lastimar a la madre, o lo que era peor, al bebé, pero de repente Midi nos dice que sigamos así que el bebé estaba avanzando, como la madre seguía sin ayudar le tuvo que hacer dos cortes bilaterales para permitir que el bebé pudiera salir, y seguimos empujando hasta que lo logramos, el bebé estaba fuera, era un niño pero no estaba vivo, Midi empezó rápidamente a reanimarlo y yo me quedé paralizada, viera como saliera inmóvil, sin oírlo llorar, un color que en aquel momento me pareció horrible, y no era capaz de acercarme a ver la reanimación, no estaba preparada para ver que no lo lograban reanimar… tragó mucho líquido, estuvo demasiado tiempo encajado, en España habría sido una cesárea pero aquí en muy pocas ocasiones se practican, y las mismas mujeres no las quieren porque son muy caras como para permitírselo. Mi corazón en ese momento es como si se hubiese parado en el tiempo, aunque en todo el parto se hablaba de que habría que reanimarlo no era del todo consciente… de repente, el bebé empezó a reaccionar un poco cuando le echaba por los ojos y la nariz alcohol, intentaba llorar pero sus pulmones no tenían fuerza suficiente para continuar… llevaba casi quince minutos reanimándolo y no terminaba de reaccionar del todo, solo reaccionaba al alcohol pero cuando paraba él también lo hacía… yo veía todo a lo lejos, con lágrimas en los ojos con el miedo de que este parto no tuviera final feliz… pero cuando empezaba a perder la esperanza, reaccionó, respiraba! Una respiración débil y entrecortada pero respiraba, en ese momento ya fui capaz de acercarme y ayudar en la cura del cordón a Midi, empezamos a vestirlo para que pronto entrara en calor. Aquí una vez que nacen los acuestan en la cama donde irá su madre una vez que le quiten la placenta y cosan, así que Midi me dio al bebe para que lo fuera a dejar allí. Lo llevaba con alegría en mis brazos y con los ojos muy pendientes de que su respiración débil se parara… no quería dejarlo solo… así que mientras terminaban con la madre me quedé sentada en la cama acunándolo, con los ojos llorosos por todo lo que había pasado pero con la alegría de que todo había salido bien.









El bebé tuvo que tomar antibióticos y a la madre le costó darle de mamar, pero finalmente todo se arregló y ahora se encuentra bien en su casa, esperemos que así siga porque es un niño luchador desde su primer día de vida.

Su primer baño al día siguiente



Foto hecha el día que se marchaba

Ese primer parto lo tendré marcado en mi memoria para siempre, porque como nos dijo Midi, ese era nuestro bebé, de Josefina y mío, porque  aunque costó mucho que naciera y también fue difícil reanimarlo, si estaba vivo era gracias a que estábamos allí para ayudar, y para mi, saber que esa ayuda ha sido tan grande y poder vivirlo, ha sido una de las experiencias más bonitas que he vivido aquí, y digo una, porque os estoy empezando a contar nuestros días en la maternidad, pero ya hubo otro gran día lleno de emociones maravillosas, del que os hablarè en la pròxima entrada.

Gracias a todas las personas que han hecho posible que este viviendo todo esto, a Esther SSJ por darme la oportunidad de conocer esta ONG, a Taller de Solidaridad por darme la oportunidad de venir aquí, a las Siervas por abrirme la puerta de su casa, a Josefina por ser mi compañera en todo esto, a todos mis amigos y compañeros del colegio por animarme en esta aventura, y a mi familia, sobre todo a mi madre, que aunque sé que te ha costado mucho entender mi necesidad de vivir todo esto, sin tu apoyo no habría sido lo mismo. A todos os digo que estoy viviendo la experiencia más grande de toda mi vida. Os quiero y hoy me despido emocionada por lo que os acabo de contar

Gracias por acompañarme.

Adriana


5 comentarios:

  1. Hola otra vez! creo que estoy empezando a engancharme a este blog porque cada "aventura" es más adictiva que la anterior.
    Menuda experiencia! Has ayudado a traer una vida al mundo!
    Por Dios, ponedle un nombre galleguiño al nene!

    Requeteabrazos!

    ResponderEliminar
  2. La que te tengo quedar las gracias soy yo,tu madre, aunque al principio no estaba muy de acuerdo con esta a venturada.ahora estoy muy contenta porque con lo que tu estas viviendo y transmitiendo es como sí yo tambienestubiera

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. Con lagrimas en los ojos y muy emocionadas con lo vivido en la maternidad y tb de acuerdo con tu madre estamos felices de q llevaras a cabo esta aventura q casi vivimos contigo lo q me dolieron las trenzas!!! jaja.Orgullosas esperamos mas noticias.Amor para ti y un saludo para los que te rodean.

    ResponderEliminar