Visita al Parque Nacional de Tikal "Lugar de las Voces"

Hace ya una semana que estoy de vuelta por España, quería escribir antes pero tuve un regreso algo accidentado por "unas pequeñas picaduras de algún bichejo Nica" el cual hizo que tuviera que estar algo de reposo además de medicada... NADA GRAVE! Tranquilos, todo vuelve a estar como estaba.

Dicho esto, paso a escribir esa entrada que tenía a medio preparar y que parecía que nunca daba escrito.

Después de hacernos una idea de cómo es la cultura en Guatemala, sobre todo la vida en las comunidades, conocer la labor y funcionamiento de Sagrada Tierra... nos quedaban un par de días que  podíamos aprovechar y hacer algo de turismo. ¿Destino? Sin duda, El Parque Nacional de Tikal, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.



El viaje fue algo durillo, un trayecto largo en coche con bastante lluvia por el medio y de noche... Finalmente, llegamos a la Ciudad de Flores. Aunque estábamos cansados, al acabar de cenar aún aprovechamos para dar un paseo por el malecón, necesitábamos estirar las piernas. La ciudad la pudimos pasear con más detenimiento posteriormente, y  la verdad, merece la pena recorrer por sus callecitas curvas, los edificios de colores y pasear cerca del inmenso lago Petén, es un lugar que rebosa de tranquilidad y paz. Desde nuestro hotel teníamos una vista inmejorable hacia el lago, de la que pudimos disfrutar eses dos días.





Nuestra visita al parque lo afrontábamos primero en viaje en furgoneta (desde allí al parque nos separaban unos 60 km aprox) y también sabiendo que teníamos mucho por delante para caminar, ver, oír... pero después de recorrerlo durante 4 horas, nada que ver con las expectativas.



Según empiezas a adentrarte en esa inmensidad de vegetación, los distintos sonidos que te envuelven eran infinitos (el nombre maya no puede ser máas acertado) intentas discriminar todo lo que estás escuchando pero es imposible, la gran variedad de aves que habitan allí hacen distintas melodías para los oídos. Tengo que destacar un sonido en particular, un chillido muy fuerte, que me llamó mucho la atención, según nos dijeron provenía  de los Monos Aulladores., típicos habitantes  de la zona. Nunca me imaginé un sonido tan fuerte de los monos. Tuvimos la suerte de  ver algunos y también un montón de Monos Araña deslizándose por la lianas. Jesús y yo nos quedamos como estatuas admirándolos y disfrutando de sus movimientos entre los árboles.



Mientras caminaba mirando a todos los rincones que mi vista alcanzaba, en realidad lo que más me apetecía era sentarme, cerrar los ojos y simplemente, sentir y percibir toda la naturaleza que tenía a mi alrededor. En algún sendero los cerré por unos segundos, y así parecía que todo se magnificara mucho más. Era como si la selva vibrara dentro del cuerpo y te quisieras quedar allí atrapada. Las características arquitéctonicas de las pirámides mayas ayudan  pues su estructura hace de amplificadores de sonido, os podréis imaginar que todo a la vez, hace que sientas una magia indescriptible.



Si los sonidos que iba escuchando eran alucinantes, la vegetación no se quedaba atrás. Nunca antes vi tanta variedad de tonalidades de verde concentrado en una zona como allí. Caminando por los distintos senderos, te encontrabas con algunos de los templos mayas. Os contaré que Jesús y yo dudáramos si coger guía o no, pero finalmente pudimos comprobar que al tener poco tiempo y la gran cantidad de lugares para visitar, habíamos acertado en la elección de ir con guía. Aunque bien es cierto, que solo le hicimos caso al inicio del recorrido, poco a poco nos quedábamos atrás para poder exprimir al máximo la naturaleza que nos rodeaba. Sin embargo, los caminos se hacen mucho más cortos si vas con alguien que conoce el lugar y esto, ayudó a que pudiéramos ver lo más importante del parque.



TEMPLO II O DE LAS MÁSCARAS
                                                     (Desde arriba se ve el Templo I al fondo)




AL FONDO GRAN JAGUAR - TEMPLO I
(Vista desde el Templo II) 






LA GRAN PLAZA 


 PATIO PLAZA CENTRAL


Finalmente, subimos al Templo Tikal, donde las palabras no salían de la boca, donde mis ojos se agrandaban aún más para intentar ver al máximo esa inmensidad que me rodeaba. Me encantaría poder describiros todo lo que vi y sentí desde allí arriba, pero no conozco vocabulario que lo haga, simplemente puedo decir "sin palabras". Mi compi y yo dudábamos si seríamos capaces de subir (los dos tenemos problemillas de vértigo), sin embargo, fue sin duda un gran motivo para dejar los miedos atrás. Menos mal que esta visita fue casi lo último que hicimos, porque a partir de ahí, no lograba borrar esa panonámica de mi mente, fue impresionante. Y es que como le dije a él tiempo después de la visita, hasta volviendo a ver las fotos que hicimos parece que aún me impresiona cada vez más, simplemente increíble.




Un paréntesis


Aún no os he contado ni la mitad de mi viaje y ya se está acabando...

El domingo pasado volamos rumbo a Nicaragua, que como os comenté, aquí estaría mi segunda semana. En las horas de aeropuerto, aproveché para preparar una entrada de nuestra única visita de turisteo aprovechando nuestro único día libre... La visita al "Parque Nacional Tikal", pero esta semana la tuvimos completita también, y más que la conexión, las fuerzas se fueron agotando. Estar todo el día entre 12 y 13 horas sin parar desde bien temprano, llegar y ponerme a preparar para publicar la entrada... Sinceramente, era lo que menos me apetecía. Asi que, haciendo este pequeño paréntesis en mis entradas... Prometo continuar a mi regreso como ya dije que haría, quiero hacer una pequeña reflexión de lo que he vivido.

Como os decía, la aventura ya se está acabando, mañana domingo cojo rumbo a lo que será un viaje total de 32 horas para llegar a casa (hice el calculo con mi compi Jesús, mejor no pensarlo mucho que me sofoco jeje). El tiempo pasa demasiado rápido, tanto que no disfrutamos todo lo que vivimos día a día. Reconozco que el blog, además de servirme para acercaros a todas y todos a mi aventura, también me ayuda a exprimir al máximo mis recuerdos para volver a disfrutarlos de una forma más desmenuzada y consciente que en el momento presente de vivirlos.

No os quiero adelantar mucho porque os lo contaré bien a partir del martes, pero esta semana, aunque ha sido muy distinta con respecto a la de Guatemala, también me llevo un montón de testimonios y personas. ¿Quién me iba decir a mí que conocería a algunas de las personas que aparecían en la exposición de fotos que montamos hace un mes en el Liceo de Ourense? Pues así ha sido, os podéis hacer una idea de la ilusión que me hizo.



Hoy me he despertado con un vídeo muy bonito que prepararon desde el INPRHU (Instituto de Promoción Humana), os dejo su enlace a la página web para que los conozcáis mejor http://inprhusomoto.org/ y ya os hablaré de su gran labor en Somoto, donde hemos pasado esta semana. Teniendo pendiente la tarea de subir una entrada, me ha venido fenomenal este vídeo, porque aunque es el resumen de lo que hicimos el lunes y el martes, os podréis hacer una idea de mi labor durante toda esta semana, tranquilos, no he cambiado de profesión.




Antes del viaje, desde Taller de Solidaridad nos proporcionan dos fines de semana de formación. En ella, volví a coincidir con el formador Antonio Rivas (al cual recomiendo mucho) que ya lo conociera antes de mi viaje al Congo, y en ambas ocasiones nos hizo esta pregunta ¿de qué quieres huir?

Este viaje como os dije en la primera entrada ha sido muy diferente al voluntariado y bueno, en mi vida personal me encontré en dos situaciones muy distintas también por muchos motivos. No vine para huir de nada, pero egoístamente, sí que reconozco que uno de los motivos que me impulsó tenía que ver solo conmigo. Todo en la vida tiene sus más y sus menos, y mi fuerza personal para luchar desde Ourense por esta causa se había mermado en los últimos tiempos. Decepciones, baches... Fueron haciendo en mí una huella que notaba que iba creciendo. Necesitaba acercarme de nuevo a esta realidad para sentir que todo ese esfuerzo merece la pena. Estos quince días me han cargado de la motivación que necesitaba, todo el tiempo que dedico a preparar las distintas actividades es poco para todo lo que se necesita. Me voy con muchos testimonios, pero sin duda, llevo uno en el corazón. Unos ojos que transmiten sin palabras, una vida que cambió 100% ... Ese agradecimiento sincero... Os hablé del idioma de las sonrisas, el de las miradas tampoco me ha dejado indiferente.

Sin duda, soy feliz de pertenecer a la familia de Taller de Solidaridad, por dejarme vivir todo esto y porque gracias a ellos y a todas las personas que colaboran con esta fundación, os puedo decir desde la mayor sinceridad, que un granito de arena hace mucho y que todos juntos conseguimos hacer mucho más de lo que las palabras son capaces de decir.

Comunidades Mayas Q'eqchies




Las zonas donde visitamos las comunidades mayas fueron los municipios de Raxruhá que significa "Río de aguas verdes" (Dep. Altavera Paz, Guatemala) y Sayaxché que significa "Horqueta de Ceiba" (Departamento de Petén, Guatemala).

En Guatemala más de la mitad de la población vive en comunidades, que se encuentran en zonas apartadas a las que en algunos casos se puede acceder con coche (como fue nuestro caso), moto o autobús... pasando unos caminos llenos de baches (mi culo y espalda dan fe de ello) y en otros casos a través de senderos por los que tienes que pasar andando; no llega ningún medio de transporte.







El número de personas de cada comunidad varía, pero rondan entre 40 y 50 normalmente. Viven todos juntos en una zona pequeña, hablan Q'eqchí la mayoría y se tienen que buscar los medios para salir adelante. Las comunidades suelen estar abandonadas, las municipalidades no se acuerdan mucho de estas personas que viven alejadas de las ciudades. A lo mejor no son tantos los kilómetros que las separan de la ciudad más próxima, pero el trayecto es complicado de hacer y dificulta mucho su acceso. La mayoría de mujeres siguen vistiendo el traje típico que consta del "Corte" (falda) y del "Huipil" (parte de arriba), los hombres no tanto.





Hemos tenido la suerte de visitar cuatro de estas comunidades en compañía de la Organización Sagrada Tierra. Desde hace varios años, esta ONG local realiza proyectos con distintos objetivos en función de la necesidad de cada una de estas comunidades: capacitación de las mujeres, consolidación de procesos productivos y de comercialización de gallinas ponedoras o pollos de engorde (en su mayoría), acceso a servicios básicos y fortalecimiento de liderazgos en mujeres, prevención de riesgos... La verdad es que tienen unos proyectos muy bonitos y las personas que forman parte de la comunidad están muy agradecidas con su ayuda. Como ya comentaba, las comunidades suelen estar abandonadas a su suerte y la ayuda que suelen recibir es gracias a distintas organizaciones como ésta

Comunidad de Belén

Comunidad La Lucha



Comunidad San Miguel Sechochoc


Comunidad Santuario

El primer paso de Sagrada Tierra cuando comenzó su trabajo en la zona fue organizar a estas comunidades repartiendo distintas funciones. En todas ellas existe una junta directiva con sus distintos cargos (presidenta, vicepresidenta, vocales...) que en la mayoría de los cados son mujeres. El cocode, que suele ser un hombre, es el encargado de transmitir información de la municipalidad a la comunidad o al revés y de la gestión de los trámites. Además, en caso de conflicto, hace la función de intermediario... Y el alcalde, que es el de más rango se encarga de la toma de decisiones. Esta organización ha supuesto un cambio importante para las mujeres, ya que tienen que ser partícipes de todas las tomas de decisión y pueden dar su opinión. En definitiva, tienen voz y voto, cosa que hasta ese momento no tenían. Los hombres se han tenido que adaptar y acostumbrar a la importancia que tienen las mujeres, entender que su labor no es sólo la de cuidar las casas y los hijos, e incluso se han dado casos de cambio de roles, siendo ellas las que tienen proyectos de trabajo gracias a las capacitaciones y las que llevan el sustento a la casa.

Una vez que conocemos un poco cómo es la situación y organización de las comunidades, paso a hablar de mi vivencia.

Todas las comunidades sabían de nuestra llegada y nos esperaban con curiosidad. Tuvimos todo tipo de recibimientos: desde el saludo más sencillo y humilde, pasando por escuchar el himno de Guatemala para dar muestra del valor que le daban a nuestra visita, hasta incluso un ritual maya realizado por algunos jóvenes. Todos y cada uno de los recibimientos me dejaron sin palabras. Era su manera de demostrar lo agradecidos que estaban por nuestra visita. Para las personas que forman parte de estas comunidades, el que dos extranjeros españoles les visiten es un orgullo, porque les hace sentir importantes y porque les sirve de vía para comentar sus necesidades y pedir nuestra ayuda si fuese posible. No se cansaron de darnos las gracias por estar allí y de decirnos lo que significaba esa visita para ellos. Sin embargo, en mi opinión los privilegiados éramos nosotros y así se lo hacíamos saber; sólo podíamos estar agradecidos con el trato recibido, con que nos dejaran conocerles y con el tiempo compartido.





Después del recibimiento, tuvimos momentos para conversar (alguien de la organización de Sagrada Tierra nos ayudaba con la traducción). Las mujeres de la junta directiva nos dedicaban esas palabras de agradecimiento, nos contaban en lo que les había ayudado Sagrada Tierra con sus proyectos, nos explicaban sus necesidades y pedían colaboración futura si era posible e incluso nos preguntaban curiosidades sobre nosotros y España. Como íbamos acompañados por los técnicos de la organización también aprovechaban para informarles de cómo estaban y comentar algunas necesidades, ya que estas comunidades reciben una vez al mes la visita de los técnicos para hablar de cómo se encuentran y así recibir un seguimiento de los proyectos. Fueron unas conversaciones muy bonitas, que nos permitieron conocer sus sentimientos y nos acercaron a sus realidades.



Por si fuera poco, después del recibimiento y la conversación, nos tenían prepara su comida especial, esa que preparan para las ocasiones importantes; "El caldo de pollo criollo". Un caldo con toque picante y un trozo de pollo, que a veces nos servían con papas o yuca. Eso sí, siempre acompañado de tortillas de maíz. Este plato típico nos acompañó en todas las comunidades, independientemente de la hora que fuera. ¿La manera de comerlo? Con los dedos, siguiendo sus costumbres. Lo que peor llevé era ver que nos servían comida solo a nosotros, ellos o bien comían después las sobras o no comían. Y sobre todo sufría al ver que gastaban sus pocos recursos en nosotros, cuando ellos lo necesitaban mucho más. Lo hacían con todo su cariño, ésta era su manera de demostrarnos su agradecimiento y no comer lo que nos habían preparado significaría rechazar o despreciar este agradecimiento, así que nos comimos todo lo que nos sirvieron.






En una de las comunidades tuvimos la suerte de pasar varias horas, y sumado a todo lo anterior, tuvimos un momento de baile ambientado por la "Marimba" y nos prepararon además "Tamalito de Junco" para desayunar y dulce de yuca y camote para media mañana.






De mis visitas a las comunidades me quedo sobre todo con las miradas de curiosidad que recibíamos inicialmente pero que, poco a poco, se iban transformado en miradas más cercanas mientras les intentaba dar muestra de cariño, respeto y cercanía a través de mis sonrisas. Poco a poco se iban acercando más ya sin las reservas de los primeros momentos.

Lo descubrí en el Congo y lo sigo comprobando, existe un idioma que todos y todas conocemos y entendemos sin necesidad de usar palabras, el idioma de las sonrisas. Soy afortunada por usarlo en lugares y momentos tan especiales como los que pude vivir en el Congo y como los estoy conociendo en Guatemala a lo largo de esta semana.


Primeros días..., Primeras impresiones...


En mi primera entrada de esta aventura os hablaba de mis mochilas... Solo llevo 3 días y la más importante ya está cargadita de muy buenos momentos, de personas, de miradas, de sonrisas, de sencillez, de inocencia... Y es que, este pequeño acercamiento a otra realidad es más que suficiente para hacerme ver lo verdaderamente importante en la vida, esas cosas que muchas veces nos pasan desapercibidas, por seguir la rutina que nosotros mismos nos hemos marcado.

Cruzar el charco, se hizo todo lo llevadero que puede ser estar cerca de once horas encerrada en un avión... En el aeropuerto de Guatemala nos esperaban María Luisa y Antonio (miembros de la junta directiva de la ONG Local guatemalteca Sagrada Tierra) que, a pesar de no conocerme de nada, me
brindaron un recibimiento muy cariñoso, me hicieron sentir como en casa y eso es de agradecer.

Nuestro primer día empezó con un par de reuniones para conocer a las personas que trabajan en Loq Laj Ch'och - Sagrada Tierra. Os invito a que conozcáis su trabajo, los proyectos con los que colaboran y a todas las personas que se están beneficiando de ello a través de su web (www.sagradatierra.org).  La verdad es que hacen una labor extraordinaria.


                                 

Por la tarde, tuvimos la suerte de hacer un poco de turismo. María Luisa nos llevó a conocer la ciudad Antigua Guatemala. Se encuentra a 30 min en "carro" (como dicen aquí). De camino, ya pude ir reconociendo los contrastes tan grandes de esta ciudad rodeada de “cerros” y sus pendientes, en las que cuelgan las casas, (el cerro es la zona alta de la montaña con una pendiente pronunciada, una palabra que ya he añadido a mi vocabulario). Observe la diversidad de gente y el contraste de colores. Aunque, sin duda, de esa tarde me quedo con la vista al entrar en la ciudad, en la que se ven perfectamente los tres volcanes que la rodean: el volcán del agua, que podéis ver en la foto; el volcán de fuego y el volcán Acatenango. Sin duda un paisaje digno de admirar.

                                   Foto en la Antigua Guatemala 
                                    con volcan del agua de fondo 
                                   debajo del Arco Santa Catalina, 
                                        patrimonio de la UNESCO.

El martes, hasta el momento, ha sido lo más duro del viaje... A las cinco y media de la mañana nos pusimos en marcha hacia Raxruhá, nos esperaban nueve largas horas de viaje en coche más un par de paradas para desayuno y comida. Menos mal que el final del día terminó con el buen sabor de boca de nuestra primera toma de contacto con la Selva Guatamalteca, donde pudimos hacer una visita fugaz a una de las Cuevas de Candelaria en Mucbilhá.


Es impresionante ver cómo te vas adentrando por un camino empedrado del que no alcanzas a ver el final y, de repente, te ves en medio de la selva: plantas y árboles enormes rodeándote, cerros que te observan desde la lejanía y a tus pies las cuevas. Pudimos visitar, junto a un guía, una de las cuevas pequeñas, la Cueva de Río Seco. No quiero imaginar cómo serán las grandes. Esta zona pertenece a un grupo de Quetchies que forman la comunidad que se encarga del cuidado de las cuevas. En la próxima entrada os hablaré de cómo son estas comunidades, del amor que desprenden por estas tierras de una forma totalmente desinteresada, de su capacidad de organizarse para conseguir el bien común… Conocer a estas comunidades, me hace cuestionarme lo mucho que debe cambiar la sociedad en la que vivo, donde lo que prevalece es el egoísmo y la avaricia, donde no se está conforme con lo que se tiene.


                                            
El miércoles, nos levantamos con una agenda muy apretada cargada de reuniones, visitamos a dos comunidades y por supuesto más viajes en “carro” que afrontaba con la ilusión de ver qué lo me encontraba había hecho que, sin duda, mis expectativas se quedaran cortas.

Nueva aventura

3 años después de mi SÚPER EXPERIENCIA en el Congo... emprendo una nueva aventura: Guatemala y Nicaragua.

Es un viaje diferente, menos tiempo, y en esta ocasión no voy hacer un voluntariado, sino que voy con Jesús, un compañero de Taller de Solidaridad ( me han dicho que el mejor compañero de aventura, y por lo que lo conozco, no lo dudo) y vamos para ver y conocer en primera persona proyectos con los que trabajamos, valorar posibilidades de nuevos proyectos... distinta experiencia que la espero emocionada.

En el otro viaje fui cargada con dos maletas... ahora no llevo ninguna maleta, pero si dos mochilas: una con ropa, botiquín por posibles imprevistos, neceser, etc. Pero en realidad os quiero hablar de la otra mochila, una mucho más importante, la que va cargada de ilusión, ganas, curiosidad... por vivir esta nueva experiencia y conocer un montón de cosas nuevas.

En mi viaje al Congo aproveché el blog para contaros mi vivencia, en esta ocasión también lo voy hacer, espero que  me acompañéis y disfrutéis desde lejos a través de mis palabras.

Hoy, escribo ya desde Madrid, deseando que sean las 12:30 de mañana, para emprender vuelo en este viaje. ¿Primer destino? Guatemala.

Espero que la conexión me permita contaros al momento mis impresiones, los lugares que vaya conociendo, sino prometo escribir un diario y hacerlo a la vuelta.

Gracias por acompañarme

Adriana